Rebecca (Juliette Binoche) es una brillante y reconocida reportera gráfica en zona de guerra. En Kabul, mientras fotografía a una terrorista suicida, sufre un accidente. De regreso a casa, su marido y sus dos hijas le darán un ultimátum: "su trabajo o ellos", pues no soportan la idea de que pueda sucederle algo al dedicarse a una profesión tan arriesgada.
Es la historia de una pasión desmesurada, la obsesión de una mujer por documentar las atrocidades de los conflictos bélicos a través de la fotografía. El film se centra, sobre todo, en la incapacidad de la protagonista por conciliar el equilibrio entre su vida familiar y una profesión que ama y que le obliga a ir de una zona de guerra a otra en busca de una foto que denuncie los horrores de estos conflictivos territorios.
Si bien es cierto que la narración se me hizo lenta, reconozco que la cinta cuenta con unas secuencias sobrecogedoras que me dejaron sin palabras. La escena inicial, con Rebecca debidamente vestida para la ocasión y fotografiando el ritual de una mujer-bomba a la que preparan para inmolarse como mártir en algún lugar de Kabul.
"Mil veces buenas noches" reflexiona sobre el drama interior del reportero de guerra, la historia se centra en las relaciones familiares de Rebecca, que ve como su familia se viene abajo por causa de su peligrosa profesión. El ultimátum que le plantean en un momento dado su marido e hijas (familia o trabajo) es realmente duro y está muy bien reflejado en la película. El trabajo: ¿es lo más importante? sobre todo, cuando existen dos hijas que la necesitan.
Juliette Binoche es una actriz que refleja el sufrimiento de una manera muy realista, transmite sus crisis internas con un dolor que se puede tocar. Es una actriz "emocional" con mayúsculas. El principal pilar de la cinta. El contrapunto de Binoche lo encontramos en el actor Nikolaj Coster-Waldau, su marido en el film (por cierto, "el Matarreyes" de "Juego de Tronos"), quien simboliza la razón, el equilibrio y la estabilidad familiar, encarnando a un personaje seguro de si mismo y con mucha personalidad.
El director noruego, Erik Pope, conoce de primera mano la historia que nos narra, pues fue reportero de guerra y vivió situaciones muy parecidas a las que retrata en el film. Se podría decir que esta película es un homenaje a la peligrosa labor de los fotógrafos de guerra. Una profesión de impagable labor social que no deja indiferente a nadie, y que personalmente, admiro por el coraje, valor y perseverancia de todos ellos. Sin su trabajo no nos enteraríamos de lo que realmente ocurre en esos lugares.
En definitiva, estamos ante un metraje que acerca al espectador a conocer un poco los entresijos de una profesión muy peligrosa pero también apasionante.
Otras películas ambientadas en distintos conflictos bélicos y que deberían visionar son:
"En un mundo mejor" de la danesa Susanne Bier. (Oscar a la Mejor película de habla no inglesa en 2010). Muy buena.
"Bajo el fuego" (1983) de Roger Spottiswoode. Con Nick Nolte, Gene Hackman y Joanna Cassidy.
"El año que vivimos peligrosamente" (1983) de Peter Weir. Con Mel Gibson, Sigourney Weaver y Linda Hunt (Oscar a la Mejor actriz secundaria).
"Territorio comanche" (1996) de Gerardo Herrero. Con Imanol Arias y Carmelo Gómez, entre otros. Y basada en la novela del escritor cartagenero Arturo Pérez Reverte.