Calificación: 4,5 sobre 5. Muy buena.
Dirigida por Todd Phillips, recrea su particular retrato psicológico del famoso personaje archienemigo de Batman en el Nueva York de los años 80.
El protagonista es Arthur Fleck (verdadera identidad del Joker, e interpretado por Joaquin Phoenix), un hombre con problemas mentales, ignorado y maltratado por aquéllos que le rodean, y cuyo sueño de ser cómico de éxito se le resiste. Por más que intente hacer reír, será él quien termine siendo objeto de burlas.
No estamos ante una película de cómics al uso, Phillips ha escogido narrar los desconocidos primeros años de un tipo lo suficientemente enigmático como para indagar en su historia y llamar la atención del espectador. Nos irá mostrando en un principio a un hombre común que irá degenerando en alguien violento. El realizador ha logrado prepararnos para empatizar con Arthur, y ver cómo ha sido la sociedad la que ha ejercido un abuso y discriminación sobre el personaje, siendo la culpable de su transformación y justificando al supervillano que todos conocemos.
Joaquin Phoenix consigue con su interpretación una metamorfosis sorprendente, tratando de acercarse desde dentro al hombre. Consigue de una manera magistral su propia versión del Joker. Un personaje que ha experimentado excesivos traumas en un mundo que no ha sabido entenderle y simplemente se ha dedicado a medicarle.
Phoenix lleva el peso de la película de un hombre atormentado cuyo sentido de la ética apunta a la anarquía.
En definitiva, un film bueno y desasogante, tanto a nivel dramático como interpretativo. Con un guión, música y fotografía brillantes. Posiblemente haya una segunda parte.
Espero que Joquin Phoenix, tres veces nominado al Oscar, logre por fin, su merecido premio.